No es tan Difícil Aprender a Volar

No es tan Difícil Aprender a volar

¿Cómo aprender a volar? ¿Sería tan difícil, llevar nuestras mentes hacia otros lugares, otros universos, otras galaxias? ¿Sería tan complicado salir a navegar por el cielo? Disfrutar de la suave brisa blanca y pasar por las espumosas nubes de algodón, aterciopeladas, el cielo. ¿Sería tan difícil dejarse llevar, aunque sea solamente por un rato, por las oleadas de viento fresco que nos ofrece las alturas de la tierra?

Yo quiero aprender a volar, para poder escapar de este mundo. Para poder, sentir al fin la paz que ya no hay allá en la tierra, donde reina la disconcordia y las guerras.

¿Sería tan difícil enseñarle a la gente a volar?

Si pudiéramos aprender a volar por el mundo, ya no sería todo tan complicado. Las personas dejarían de ser tan engreídas y maliciosas. Si aprenderíamos a volar, aunque sea por un rato, tal vez, sólo tal vez, aprenderíamos un poquito de lo que significa valorar.

Tal vez en tan sólo dos segundos en el cielo, podrían llegar a sentir el placer de disfrutar las cosas.

Aunque sabemos que algo tan mágico y único no se puede hacer todos los días. Si algún día, podemos aprender a despegar, podríamos sobrevolar el mundo y llegar otra vez a la tierra. Entonces sólo entonces, podríamos haber aprendido a apreciar todo lo maravilloso de la vida sin tener que comerciar o negociar. Sin mentiras, tan solo verdades.

Nada más que disfrutar, en armonía, sin peleas, ni avaricia por poder.

Es un sueño, mi utopía. Y aunque es difícil, yo tengo la esperanza que algún día todos aprenderemos un poquito de lo que significa volar.

sábado, 4 de noviembre de 2023

Liber fachxs

Rechinan los dientes y aprietan los puños. Las bocinas no paran de sonar, mientras vos te pones auriculares para no escuchar. Pasas por la gente corriendo cada mañana, cual robot en automático. 

Las piernas y los párpados se sienten casi como piedras en el andén. ¿Acaso se siente algo en absoluto? 

La rutina de todos los días te consume siempre un poquito más. Vendemos nuestras almas por centavos. 

Entonces, entre toda la masa laburante, ahí estas vos señore libertario, con esa sonrisita tan sarcástica cual patada en los dientes. 

¿Cuánto más tendremos que aguantar?
¿Cuánto más hay que esperar para poder ser libres de verdad?
¿Acaso no fue ya demasiado?